Al pensar en lo que cada persona puede hacer para ser agentes generadores de ideas para el cambio, pienso en el concepto que J.R.R. Tolkien, autor de "El Señor de los Anillos", planteó en sus libros. Tolkien consideraba que los cambios venían de abajo a arriba. Los reyes y poderosos existen, pero son las personas de a pie quienes realmente cambian el mundo.
La amabilidad con quienes que te rodea, o un acto de generosidad hacia una persona extraña podían iniciar una serie de sucesos que podían mejorar y hacer que las personas fueran más felices. Por el contrario, el ejercicio del egoísmo y el despotismo hacia los demás y, en especial, hacía la gente más indefensa, acaban conduciendo sociedades más injustas y malvadas.
Alejándonos de la épica, de la fantasía y de los absolutos morales de este autor, creo que, como Personal al Servicio de las Administraciones Públicas, nos encontramos justo en la encrucijada de cómo ser agentes de cambio como individuos, sino también como personal al servicio de la ciudadanía.
Por un lado, a titulo personal, podemos hacer pequeñas contribuciones diarias. Como si fuéramos aquellos "hobbits" que protagonizan la obra de Tolkien, nuestro rol no es de luchar contra dragones o realizar gestas para empujar el cambio. Este debe venir de actos cotidianos. Algo como respetar a quienes nos rodean, empatizar con sus situaciones particulares, practicar la escucha y abrir la mente, reaprendiendo día sí y día también.
Desde enseñar en valores a las nuevas generaciones de las que somos responsables, hasta el trato diario con nuestro entorno, la aplicación de los conceptos planteados en este curso, pueden servir para ver un mundo más allá de nuestro cuarto o nuestro despacho y ampliar horizontes, atreviéndonos a que pequeños granos de arena formen una montaña. Esto puede desde acoger e integrar a personas que puedan quedar en exclusión o en riesgo de ello, hasta el simple cambio de trato diario con personas pertenecientes a colectivos minusvalorados o estigmatizados (personas racializadas, en situación de discapacidad, etc...)
Fuente: Fundación Salud Infantil
Luego, ya en función de la situación vital y personal de cada cual, entonces hay múltiples maneras de actuar a niveles mayores, ya sea colaborando con organizaciones, asociaciones y demás colectivos dedicados a la inclusión y la integración, lo que viene siendo el equivalente "épico" de nuestras acciones cotidianas: impartir cursos, realizar actividades conjuntas en favor de ciertos colectivos, colaboración con grupos de apoyo, talleres...
¿Pero y como personal al servicio de las administraciones públicas? Como agentes de los poderes públicos, podemos implementar el conocimiento de este curso a nuestras acciones y actividades cotidianas en el entorno profesional. Desde el uso de un lenguaje administrativo acorde a la normativa y a las leyes en materia de Igualdad hasta la adopción de medidas acordes a esta legislación que reduzca la brecha de desigualdades y la discriminación.
Ya sea en la elaboración de documentación o atendiendo a los baremos reconocidos por la ley para la concesión de subvenciones hasta asuntos de índole de Recursos Humanos, pasando por cuestiones de sigilo o de sensibilización, las percepciones y proyecciones previstas en este curso permiten enfocar las cuestiones bajo otra luz y con otra óptica.
Fuente: CSW
Todo ello, en conjunto, conforma la suma de muchas pequeños acciones que, tomadas por separado, no están llamadas a cambiar nada. Pero sumadas entre sí, por cada individuo, podemos ciertamente valorar el principio de un cambio a mejor.